martes, 6 de marzo de 2007

EL OCIO NOS TOMA PRISIONEROS…

Sus ojos se entrecruzan con la complicidad del amor a escondidas. Ella toma su brazo inclinándose hacia él. No es el momento aún. La hora avanza lentamente. El espacio se multiplica en función de las personas que transcurren. Sus ojos denotan cansancio y todo se hace manifiesto: No es momento aún, menciona él, que ahora sujeta la mano de su invisible amada y la devuelve a su lugar. ¿Por qué no dejas que las cosas pasen? ¿Por qué no nos entregamos a este deseo universal, tan limpio, pero a la vez tan sucio y tan mío como tuyo, si lo deseas? Piensa, pero el pensamiento es ambiguo, inabarcable e inaprensible. Injusto con algunos, compañero del silencio. Eterno amante de la soledad. Deja ya de pensar en él, dice ella. Por favor, no juguemos este juego tan cruel. Levantémonos y despertemos. Tú eres yo y yo soy tú. Por favor. El pensamiento me mata y me ahoga.

Todo hace pensar que aun no es el momento y que nunca lo será. (Domingo 04 de febrero de 2007, 5pm)


Eran las 12 en su reloj. El sol marcaba el tiempo en su cabello y en sus ojos. Las personas pasaban radiantes frente a Mariana, llenas de vida, exaltando el contraste de su existencia en cada uno de los detalles. Los segundos pasaban, las ganas aumentaban. Dónde estás, por dónde aparecerás hoy. Un niño se acerca, la mira y observa su desesperación. No hay tiempo para compasión ni para caridad. Sus pupilas nunca habían estado tan dilatadas, sus brazos nunca tan huérfanos, sus labios tan secos, sus ganas tan vivas. Qué le pasa señora, por qué suda, por qué no me presta atención. El tiempo jugaba con sus vidas. No hay espacio tan frío, ni tan desesperante como la esperanza. Oiga, compartimos el mismo mundo, los mismos deseos, usted espera algo, no se qué, y yo a todos, pero aún no sé a quién. Su brazo se extiende pidiendo existir en sus ojos, en su desesperación. El rechazo, ese inmenso frío que nos cubre y castiga y que es tan humano que vemos su rostro llorar, nos acompaña. Lo siento, no tengo tiempo, debo gastarlo en esperar al tiempo llegar, en esperar el sentido de todo. Otro día será, otra persona, otro mundo, más feliz, más humano en el que no exista el tiempo, ni las largas esperas. Adiós, la palabra con la que sellamos la existencia, nuestro amén perpetuo. Un volver a nacer para existir otra vez. El sentido aún no llega, tarda mucho. (Domingo 04 de febrero de 2007, 11:29pm)


Ahora estoy libre. Sueño con el aire, con su rostro. Sueño conmigo, con mis intestinos. Extraigo las penas y las licúo en mi razón, las destrozo. Hago escarnio de mis lágrimas. Me bebo lo que quedó de mí, de la noche en que me conocí y brindé por el amor. Actúo en esta obra, la conmovedora. Y me río entre el silencio de un acto echado a perder. Cuando el aire llega y nos echa a dormir, nos canta, nos engaña. Lo bebo también. Salud compañero. (Lunes 05 de febrero de 2007, 04:45pm)


Hoy es un día en el que no le encuentro sentido a la vida más allá de tres líneas. En el que quedo atrapado en el juego estúpido del reloj. En el que despierto y siento que es mejor vivir lo soñado a aceptar lo vivido como realidad. Porque deprime. Porque cuento los segundos de este pesar y me acostumbro a vivir los próximos esperando despertar de verdad. Porque siento que tengo muchas vidas o muchos sueños, y hoy…
(Sábado 10 de febrero de 2007, 11am)

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